Antes de morir atropellada por un microbús, María Juana arrojó a su bebé, que llevaba en brazos, para salvarle la vida.
A las 9:00 del pasado 22 de agosto , Alexis Giovanni llegó a formarse al volante de su unidad, a la base de la ruta 23, en la que trabaja como chofer.
Ahí, estacionado en el cruce de la calle Ingenieros Militares y la Calzada México-Tacuba, esperó 15 minutos para salir rumbo al metro Rosario. No lo hizo porque un compañero se estacionó frente al microbús que él conducía. Para tratar de ganar espacio, el chofer de 21 años se echó en reversa.
El descuido del conductor le impidió percatarse que detrás de la unidad estaba María Juana con su hijo Dylan en brazos.
INTENTÓ ESQUIVARLO
Ella, al ver que el vehículo se acercaba, trató de esquivarlo. Pero ni acelerar el paso ni gritar, le ayudó para que el joven chofer pudiera verla.
Así, entre gritos de la mujer y de los testigos, Alexis Giovanni continuó su camino en reversa.
Segundos antes de que fuera alcanzada por el microbús, la víctima lanzó al bebé de casi dos metros para evitar que lo aplastaran junto con ella. El estruendo de un golpe y la advertencia de los testigos hicieron que el chofer se percatara de que algo había ocurrido.
Su reacción fue ir de nueva cuenta hacia adelante y así librar algún percance. La solución para él fue un segundo error.
Y es que al acelerar, las llantas del microbús volvieron a prensar el cuerpo de la mujer.
Mientras el operador descendía del camión para ver lo ocurrido, los testigos ayudaban al bebé y llamaban a los paramédicos. Nada pudieron hacer para auxiliar a María Juana. Ella perdió la antes de que se acercaran a ayudarla.
Policías de Naucalpan hallaron un celular, con el que ubicaron a familiares de la víctima. Ellos fueron los encargados de identificar el cadáver y de reclamar al menor. Fuente: El Gràfico